Algo Mas
Sobre Testimoniar De Cristo
Cuando usted da
testimonio, necesariamente deberá enseñar. Enseñar es darle a la gente
el conocimiento y el entendimiento que les falta. Uno de los aspectos
fundamentales del cristianismo es la relación entre la Ley y el Evangelio. Entender este tema le
permitirá transmitir mejor en qué consiste realmente la gracia de Dios.
Desde luego, esto puede hacerse en diversas formas desde el punto de vista
teológico, pero en realidad no es necesario ni oportuno sumergirse en
aguas profundas cuando le está dando testimonio a alguien. Es importante
que usted entienda lo que es la gracia en relación con la Ley, y es de
suma importancia que la persona a quien le testimonia también lo entienda.
Sin embargo, enseñar este tema puede ser un poco complicado,
especialmente si desea hacerlo bien y rápido. Por ello una ilustración
puede ser muy útil. De hecho, las dos ilustraciones siguientes pueden
realmente ayudar a alguien a entender lo que es el don gratuito de la
salvación, si se las emplea apropiadamente. Estúdielas, asegúrese de
comprenderlas, adáptelas y hágalas suyas.
Justicia, misericordia y gracia
*Justicia es recibir lo que merecemos
*Misericordia es no recibir lo que
merecemos
*Gracia es recibir lo que no merecemos
La primera ilustración es esta: Supongamos
que usted tiene una bicicleta que yo deseo. Entonces, una noche irrumpo en
su casa y la hurto. Usted me atrapa y yo voy a la cárcel (allí es donde
"pago" el delito de quebrantar la ley). Cumplo la pena y esto es
justicia. He recibido lo que merecía. .
Ahora supongamos que me meto en su casa y
hurto su bicicleta. Otra vez, me atrapa, pero no me envía a la cárcel.
En lugar de eso, me deja ir y olvida el asunto. No se cumple la pena (cárcel).
Esto es misericordia: No recibí lo que me merecía.
Pero imaginemos ahora que entro en su casa,
robo su bicicleta y me atrapa. Pero no sólo no me envía a la cárcel,
sino que de hecho me regala la bicicleta y además cien dólares. Esto es
gracia. La pena se cumple (ya que usted se hace cargo del daño) y yo
recibí lo que no merecía , es decir, la bicicleta y el dinero.
La justicia exige un pago, de modo que no
cumple con las condiciones de la misericordia. La misericordia lleva al
perdón, de modo que no cumple las exigencias de la justicia. Pero, en el
caso de Dios, la gracia cumple con ambas porque el perdonado recibe
misericordia y los requerimientos de la justicia son cumplidos por quien
perdona. Es justo que seamos castigados por nuestros pecados contra Dios.
Empero, la justicia de Dios recayó sobre Sí mismo (en Cristo) y nosotros
recibimos misericordia (perdón de los pecados). Además recibimos vida
eterna, comunión con Dios, un cuerpo resucitado e incorruptible cuando
Cristo vuelva y otros dones; esto es gracia.
La analogía de la lámpara
Digamos que estoy de visita con mi esposa
en su hogar. Estamos hablando de teología y en mi entusiasmo
accidentalmente golpeo una lámpara y la rompo. Ahora bien, esta lámpara
era especial para usted. Además de necesitarla para iluminar la
habitación, era el regalo de un amigo muy querido y tiene un gran valor
sentimental. Después de un momento, dándose cuenta de que el daño ya
está hecho, decide perdonarme. Me dice: "Está bien Matt. Te perdono
por romperme la lámpara, pero dame diez dólares."
¿Es verdadero perdón si me dices que me
perdonas pero exiges diez dólares? No veo cómo pudiera serlo. Cuando
Dios perdona nuestros pecados, dice que El no los recordará más (Jer.
31:34). Perdonar y olvidar completamente son en un sentido similares. Si
me perdonas, ¿puedes exigir pago? No, porque una deuda perdonada está
olvidada y ya no existe.
Ahora supongamos que en lugar de pedirme
dinero a mí, te diriges a mi esposa: "Matt rompió mi lámpara. Dame
tú diez dólares por ella."
Ahora te pregunto de nuevo: ¿Es esto
verdadero perdón? No. Simplemente estás transfiriendo la deuda a alguien
que nada tuvo que ver en la ofensa original, alguien que de hecho es
inocente. Pero todavía queda un problema, y es que la lámpara debe ser
reemplazada. En un verdadero perdón, ¿quién paga la lámpara nueva? (piense
esto un poco antes de leer la respuesta). ¿Quién paga? ¡Usted! Usted es
el único que queda. Recuerde que si me ha perdonado la deuda, no puede
exigirme pago.
Ahora, ¿contra quién fue mi ofensa?
Contra usted. ¿Quién perdonó? Usted. ¿Quién pagó? Usted.
Cuando pecamos, ¿contra quién pecamos?
Contra Dios. ¿Quién perdona? Dios. ¿Quién paga? Dios. ¡Dios! ¿Entendió
esto? ¡Dios paga! ¿Cómo lo hace? Simple. Dos mil años atrás en un
cerro en las afueras de Jerusalén el cargó con nuestros pecados en Su
cuerpo y murió en una cruz (1 Pedro 2:24). El recibió nuestro castigo:
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros
dolores ... él fue herido por nuestras transgresiones, molido por
nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo. . .
" (Isaías 53:4,5).
Dios es justo. Dios es misericordioso. Dios
es lleno de gracia. En la justicia de Dios, El tomó nuestro lugar. En la
misericordia de Dios, no somos castigados. En la gracia de Dios, El nos da
la vida eterna.
Aunque somos indignos de la salvación,
aunque somos indignos del amor de Dios, aunque somos indignos de
misericordia, Dios nos salvó. No lo hizo por quiénes somos nosotros,
sino por quién es El; no por lo que nosotros hacemos, sino por lo que El
hizo. Dios es amor (1 Juan 4:16). Dios es santo (1 Pedro 1:16). Dios es
bueno (Salmo 34:8). Nunca comprenderemos las profundidades de su pureza y
ternura (Romanos 11:33). Nunca podríamos alcanzarlo por medio de nuestros
propios esfuerzos. Sólo nos queda una cosa: adorarlo. Le amamos y le
servimos. El es digno. Bendito sea el nombre del Señor.
Una nota adicional. Una de las razones por
las cuales las sectas yerran es porque tienen un falso Jesús. En esta
analogía de la lámpara, aquel que fue ofendido es quien paga. En las
sectas, no es Jesús el ofendido. Según la correcta doctrina trinitaria,
Jesús es el ofendido; después de todo, El es Dios en la carne. En las
sectas, se transfiere la deuda a alguien más, alguien que como mi
esposa en la analogía- no está realmente implicado. Debido a que para
los sectarios Jesús es una creación de Dios, El no es el ofendido. Es
simplemente un viador inocente a quien se le exige que pague por pecados
ajenos. Esto no es verdadero perdón, ¿no es cierto?
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Propiedad intelectual de Matthew J. Slick,
1998, 2000. Todos los derechos rservados.
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