Pacto
Un pacto es un contrato o acuerdo entre dos o más
partes. El Pacto es la modalidad a través de la cual Dios ha escogido comunicarse con
nosotros, redimirnos, y garantizarnos vida eterna en Cristo Jesús. Estas verdades,
reveladas en la Biblia, son la base del cristianismo. La Biblia es el documento del Pacto.
El Antiguo y Nuevo Testamento son en realidad los Pactos Antiguo y Nuevo. La palabra
"testamento" proviene del vocablo latino que significa "pacto".
Existe un patrón con respecto a los pactos hallados en la
Biblia. Básicamente, tal patrón o modelo es como sigue. La parte que toma la iniciativa
se describe a Sí misma y lo que ha hecho, luego hay una lista de obligaciones mutuas
entre las partes intervinientes. A continuación está la sección que trata de las
recompensas y castigos relacionados, respectivamente, con el cumplimiento o el
quebrantamiento del pacto. Los Diez Mandamientos, por ejemplo, cumplen este patrón y son
un documento de pacto.
El pacto es cómo Dios decidió inicialmente tratar con la
humanidad. Sabemos esto a partir del estudio del Pacto Eterno mencionado en Hebreos 13:20,
"Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el
gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno". En este pacto, Dios el
Padre y el Hijo realizaron un acuerdo concerniente a los elegidos. Este pacto fue
establecido antes de que el universo fuera creado y consistía en que el Padre prometió
traer al Hijo a todos cuantos el Padre Le diera (Juan 6:39; 17:9,24). El Hijo se haría
hombre (Col. 2:9; 1 Tim. 2:5), se tornaría por un poco de tiempo menor que los ángeles
(Heb. 2:7), y estaría sometido a la Ley (Gál. 4:4-5). El Hijo moriría por los pecados
del mundo (1 Juan 2:2; 1 Ped. 2:24) y el Padre resucitaría al Hijo de los muertos (Salmo
2).
El Pacto Eterno, entonces, lleva al Pacto de Gracia. Mientras que
el Pacto Eterno fue hecho entre el Padre y el Hijo, el Pacto de Gracia es establecido
entre Dios y el hombre. Este último pacto es aquel donde Dios le promete al hombre la
salvación eterna sobre la base del sacrificio de Jesucristo en la cruz. Tal pacto se
manifiesta en nuestro mundo en una sucesión de pactos adicionales que Dios hizo con
individuos: Adán (Gén. 2:15-17), Noé (Gén. 9:12-16), Abraham (Gén. 17), los
israelitas en el monte Sinaí (Exo. 34:28), David ( 2 Sam. 7:12-16), los creyentes en el
Nuevo Pacto (Jer. 31:31-37), etc.
Yo presento la opinión de que hay dos pactos principales. Sin
embargo, hay desacuerdo en lo concerniente al número de Pactos. Algunos dicen que
realmente hay uno solo, el Pacto Eterno, del cual dependen todos los demás. Otros dicen
que hay dos, otros tres, otros cuatro, etc. No hay realmente una respuesta absoluta.
De todos modos, comprender la noción de pacto es importante por
varias razones:
- Vemos que Dios trata con el hombre en una relación de pacto.
- Ya que un pacto es un acuerdo, se trata de una promesa hecha por Dios. Ya que podemos
confiar eternamente en la palabra de Dios, podemos reconfortarnos grandemente en Su pacto
que nos promete vida eterna en Su Hijo.
- Nos ayuda a ver la Biblia como un documento de Pacto. El Antiguo y Nuevo Testamentos son
en realidad los Pactos Antiguo y Nuevo.
- Considerando al pacto como el marco de referencia en el cual la Biblia fue escrita,
podemos entenderla mejor; como también entendemos mejor los tratos de Dios con nosotros
por su intermedio, y nuestras responsabilidades para con Dios, así como las de El hacia
nosotros.
- Podemos entender mejor los símbolos usados por Dios en la ratificación del Pacto: la
Cena del Señor y el bautismo.
- Requerimientos y promesas en el Pacto Eterno
El Padre requirió del Hijo que El expiase por los pecados de aquellos que el Pade le
había dado (1 Juan 2:2; Juan 6:39; 10:11,15), e hiciese lo que Adán no pudo hacer,
mediante la observancia de la Ley (Gál. 4:4-5; 1 Ped. 2:22).
Esta exigencia incluía los siguientes aspectos particulares:
- Que el Hijo asumiese la naturaleza humana (Juan 1;1, 14; Col. 2:9).
- Que el Hijo se colocase a Sí mismo bajo la Ley (Gál. 4:4-5)
- Que el Hijo, después de lograr el perdón de los pecados y la vida eterna, los aplicase
a los elegidos (Rom. 5:18; 1 Cor. 15:22; 2 Cor. 5:14).
La relación entre el Pacto Eterno y el Pacto de Gracia
El Pacto Eterno es el modelo para el Pacto de Gracia. El primero es eterno, es decir,
sancionado desde la eternidad, y el segundo temporal, en el sentido de que se realiza en
el tiempo. El primero es un acuerdo entre el Padre y el Hijo como certeza y cabeza de los
elegidos, mientras que el segundo es un acuerdo entre el Dios Trino y el pecador elegido.
- Si no hubiese habido un Pacto Eterno entre el Padre y el Hijo, no podría haber habido
un Pacto de Gracia entre Dios y el hombre pecador.
- El Espíritu Santo, que produce la fe en el pecador, fue prometido a Cristo por el
Padre, y la aceptación del camino de vida a través de la fe fue garantizada por Cristo.
El Pacto con Adán, también conocido como el Pacto de Obras
Este fue un pacto hecho entre Dios y Adán, donde Adán hubiese tenido vida eterna
basada en la obediencia a Dios. Esto hubiese sido aparentemente posible, ya que Adán no
tenía inicialmente una naturaleza pecaminosa.
- "Y mandó Jehova Dios al hombre, diciendo: «De todo árbol del huerto podrás
comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que
de él comas, ciertamente morirás»." (Gén. 2:16-17).
Dios estableció un pacto con Adán.
- La promesa relacionada con aquel pacto era la vida. La condición era perfecta
obediencia. Su pena, en caso de incumplimiento, era la muerte.
El Pacto con Noé
Este pacto fue la promesa de Dios a Noé de no destruir nunca más el mundo con un
diluvio. Dios dio el arco iris como señal.
- "«Yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de
vosotros; con todo ser viviente que está con vosotros: aves, animales y toda bestia de la
tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de
la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no volveré a exterminar a todos los
seres vivos con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra».
Asimismo dijo Dios: «Esta es la señal del pacto que yo establezco a perpetuidad con
vosotros y con todo ser viviente que está con vosotros: Mi arco he puesto en las nubes,
el cual será por señal de mi pacto con la tierra. Y sucederá que cuando haga venir
nubes sobre la tierra, se dejará ver mi arco en las nubes. Y entonces me acordaré de mi
pacto con vosotros y todo ser viviente de toda especie; y no habrá más diluvio de aguas
para destruir todo ser vivo. Estará el arco en las nubes; lo veré y me acordaré del
pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con todo lo que tiene vida sobre la
tierra». Dijo, pues, Dios a Noé: «Esta es la señal del pacto que he establecido entre
mí y todo lo que tiene vida sobre la tierra»." (Gén. 9:9-17).
El pacto con Abraham
Dios prometió una tierra y descendientes a Abraham, a quien se le mandó
"guardar" el pacto (Gén. 17:9-10, 14) , y le dio la circuncisión como señal.
(Gén 15:8-18; 17:1-14).
- "Aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: «A tus descendientes daré
esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Eufrates»." (Gén.
15:18).
El Pacto con Moisés
Con la entrega de la Ley, la nación de Israel fue constituida una nación santa y se le
dieron condiciones a seguir para asegurar su relación con Dios. El Pacto fue ratificado
por un sacrificio y el derramamiento de sangre (Exo. 24:4-8).
"Entonces Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de
mañana edificó un altar y doce columnas al pie del monte, una por cada tribu de Israel.
Luego envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros
como sacrificios de paz a Jehová. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en tazones
y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. Después tomó el libro del pacto y
lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: «Obedeceremos y haremos todas las cosas que
Jehová ha dicho». Entonces Moisés tomó la sangre, la roció sobre el pueblo, y dijo:
«Esta es la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas
cosas»." (Exodo 24: 4-8).
El Pacto con David
Dios le dio a David una promesa de que sus descendientes tendrían un reino eterno y
serían conocidos como hijos de él.
- "Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo, diciendo: «Para siempre
confirmaré tu descendencia, y edificaré mi trono por todas las generaciones.»."
(Salmo 89:3-4).
- Fue a través de la descendencia de David que nació Jesús.
El Nuevo Pacto
Este es el Nuevo Pacto de la era mesiánica, cuando la Ley de Dios sería escrita en los
corazones de los hombres.
- "«Vienen días», dice Jehová, «en los cuales haré un nuevo pacto con la casa
de Israel y con la casa de Judá... este es el pacto que haré con la casa de Israel
después de aquellos días», dice Jehová: «Pondré mi ley en su mente y la escribiré
en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo»." (Jer. 31:31,33).
En el Edén Dios prometió:
- "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón." (Gén. 3:15).
Dios proclamó a Abraham:
- "Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra." (Gén. 12:3).
Esto se cumplió en Cristo:
- "Bendito sea el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y
nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David, su siervo como habló por
boca de sus santos profetas que fueron desde el principio- , salvación de nuestros
enemigos y de la mano de todos los que nos odiaron, para hacer misericordia con nuestros
padres y acordarse de su santo pacto, del juramento que hizo a Abraham, nuestro padre, que
nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor lo serviríamos en
santidad y en justicia delante de él todos nuestros días. Y tú, niño, profeta del
Altísimo serás llamado, porque irás delante de la presencia del Señor para preparar
sus caminos, para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados,
por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la
aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para encaminar
nuestros pies por camino de paz." (Lucas 1:68-79).
El Pacto de Gracia
Este pacto puede definirse como el acuerdo por bondad inmerecida entre el Dios ofendido
y el pecador ofensor, en el cual Dios promete la salvación por la fe en Cristo, y el
pecador la acepta por la fe, comprometiéndose a una vida de fe y obediencia (Juan
1:12-13; 3:16; Rom. 10:9-10).
Una comparación entre el Pacto de Obras (Pacto con Adán) y el Pacto de Gracia
Pacto de Obras |
|
Pacto de Gracia |
Dios es el Creador y Señor. Lo estableció por Su amor y bondad. |
|
Dios es el Redentor y Padre. Lo estableció por Su misericordia y gracia.
|
El hombre aparece simplemente como una criatura de Dios,
relacionado correctamente con El. |
|
El hombre aparece como un pecador quien ha pervertido sus
caminos, que sólo puede restablecer en unión con Cristo.
|
No hay mediador |
|
Jesús es el mediador
|
La rectitud se basa en la obediencia de un hombre voluble, lo
cual es inseguro. |
|
Se basa en la obediencia de Cristo como mediador, lo cual es
cierto y absoluto.
|
El camino de la vida exige guardar la Ley |
|
El camino de vida es por fe en Cristo Jesús
|
El pacto es parcialmente conocido de manera natural, ya que
la ley de Dios está escrita en el corazón del hombre. |
|
El pacto puede ser conocido exclusivamente a través de una
revelación especial: la Biblia. |
Al igual que en el Pacto de Obras, también en el Pacto de
Gracia Dios es la primera de las partes; El toma al iniciativa y determina la relación
que la otra parte deberá tener ante El.
No es fácil determinar quién es la segunda parte; pero en
general, puede decirse que naturalmente Dios estableció el Pacto de Gracia con el hombre
caído (alejado de Dios por el pecado).
La noción de que el pacto se realiza plenamente sólo en los
elegidos es una idea perfectamente bíblica como se desprende, por ejemplo, de Jeremías
31:21-34 y Hebreos 8:8-12. También concuerda enteramente con la relación que el Pacto de
Gracia guarda con el Pacto Eterno.
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